Nuestra opinión es que la escuela en dónde un alumno se forma no es determinante a la hora de encontrar empleo. Sí es cierto que la calidad en la enseñanza varía de unas escuelas a otras y además en ciertos casos hay hasta riesgo de perder el dinero invertido, encontrar problemas con disponibilidad de aviones e incluso no poder finalizar el curso.
Y en nuestra opinión por ahí es por donde se debe iniciar la búsqueda de escuela. La escuela debe ser seria (escuelas serias las hay grandes y pequeñas) y el aspirante a piloto debería realizar un sondeo entre alumnos de la escuela en la que esté interesado para conocer lo que se puede encontrar una vez que ingrese en ella.
Por otro lado es cierto que hay diferencias entre escuelas (por ejemplo algunas ofrecen toda su formación en idioma inglés), pero debido al inmenso vacío existente entre la formación recibida en las escuelas y la formación que demandan las grandes compañías (que son las que pueden mover el mercado de pilotos) pensamos que la elección de la escuela no es ciertamente determinante. Por ejemplo, una compañía grande valora de igual manera horas de experiencia en Piper Turbo Arrow que en C152 y como la licencia la otorga Aviación Civil y no las escuelas a efectos prácticos el resultado es el mismo (aunque evidentemente un piloto que haya volado ambos aviones sabe que la diferencia de prestaciones es considerable).
También es verdad que a priori una escuela grande puede ofrecer, dentro del panorama tan malo que se está viviendo eso sí, mayores oportunidades de empleo como instructor si el recién titulado piloto opta por hacer el curso de instructor. Cosa que es importante reseñar ya que esto en muchos casos puede significar la diferencia entre dejar de volar por un tiempo o seguir volando.
Por el lado del coste, hay que tener en cuenta que todo lo que un aspirante se ahorre en la elección de la escuela es dinero que puede dedicar a una posible posterior ampliación de conocimientos y experiencia.
Pienso que la solución a esto es elegir una escuela que en primer lugar de garantías de seriedad y de no dejar tirado al alumno, que a la vez ofrezca una calidad de enseñanza aceptable, que ofrezca la posibilidad de un posible trabajo como instructor (no obstante hay que desconfiar de las promesas) y que finalmente su coste esté dentro de lo asumible por el alumno.