Variómetro 08/06

Según confirma el último boletín del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Islandia, dependiente de la Oficina de Meteorología de Islandia, desde el pasado sábado día 28 la erupción del volcán Grímsvötn es ya historia.

Cabe felicitarse del buen balance final que el acontecimiento geológico produce, desde el punto de vista aeronáutico, y que cabe achacar a partes iguales al buen hacer de las autoridades aeronáuticas europeas –de algo tuvo que servir el episodio del pasado año- y a la brevedad del fenómeno, que apenas nos ha tenido una semana en vilo.

Podríamos decir aquello de objetivo cumplido. Islandia es, territorialmente, un poco más grande y más alta, y sin que ello haya costado un descalabro para el transporte aéreo.

Ahora sólo cabe esperar que la próxima vez sea igual, porque Islandia –estadísticas cantan- sufre de promedio una erupción cada tres años.

El Aeropuerto de Lleida-Alguaire se queda sólo con un vuelo regular, el que ofrece la compañía Air Nostrum con destino a Palma de Mallorca.

Parco patrimonio para un aeropuerto que nació con vocación de alcanzar grandes metas.

Ryanair ha cumplido con las previsiones, y ha dejado compuesto y sin novio al aeropuerto leridano con el cual le une –mal que pese a Mr O’Leary-  un contrato por cinco años.

Con el paso del tiempo veremos como acaba esta historia  de amor y odio. Por si acaso nuestro “Vario” señala para ambos, aeropuerto y operador, el segmento descendente. En el caso de Ryanair por su amor interesado, que disfraza de burdo cambio de reglas cuando no se cumplen sus expectativas en el juego. En el caso del campo de vuelo, por la ineficacia manifiesta de sus gestores para encontrar la rentabilidad de sus instalaciones fuera del monocultivo de operadores y segmentos de negocio.