CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?

Lo mejor y lo peor de la aviación civil

En subida

AESA

Por modernizarse

Sorprende gratamente la noticia de que a partir de este año los exámenes de conocimientos teóricos para la obtención de títulos, licencias y habilitaciones aeronáuticos civiles abandonan el tradicional lápiz y papel para entrar en la era del ordenador.

La noticia, publicada en las páginas del BOE con los últimos días del año 2011, marca en cierto modo el fin de una era para adentrar a nuestra Administración Aeronáutica en procedimientos mucho más acordes con la tecnificación experimentada en las últimas décadas por los cockpit de las aeronaves.

La concepción de un sistema de exámenes debe estar orientada en todo momento a la más aquilatada y precisa evaluación posible de los conocimientos del sujeto que se somete a él. Si el cambio del soporte papel al píxel sirve para mejorar en este aspecto, sin duda, el ejercicio de la profesión aeronáutica será el primer beneficiario.

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IBERIA

Por los retrasos en la llegada del A330

Las previsiones de Iberia de contar con 40 aviones de largo radio más eficientes en 2015 parecen desvanecerse. Esta semana hemos sabido que la llegada de los primeros Airbus A330-300 a Iberia, prevista en un principio para noviembre de 2012, se pospone como mínimo hasta 2013.

Se trata de una mala noticia que viene a corroborar la mala gestión que caracteriza los últimos años de la que un día fue aerolínea de bandera. La incorporación al largo radio del A330 supondría un ahorro de combustible del 16%, y un contundente 52% en el capítulo de mantenimiento con respecto a los cuatrimotores A340 utilizados actualmente, los últimos de ellos llegados hace apenas cinco a seis años cuando la necesidad de adecuar los recursos técnicos a un escenario cada vez más exigente en términos de eficiencia era ya más que evidente.

Ante tan abrumadoras cifras no escapa a nadie que este retraso, fruto de la falta de planificación y de proyecto de futuro, constituye –este sí- un auténtico torpedo bajo la línea de flotación con capacidad para comprometer seriamente el futuro.