CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?

Lo mejor y lo peor de la aviación civil

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AEROPUERTO DE ALICANTE

Por su agilidad de gestión

aerop. alicante

La agilidad de gestión, una rara especie que no se prodiga excesivamente por estos pagos, de la que ha hecho gala la dirección del aeropuerto de Alicante-El Altet es digna merecedora de reconocimiento. Cuando aún resuenan las amenazas de abandono protagonizadas por Ryanair y la absurda pugna por realizar el embarque prescindiendo de los finger, o la supresión de los enlaces de Air Europa, hete aquí que Vueling viene a reemplazar lo perdido.

La aerolínea presidida por Josep Piqué no sólo vendrá a compensar los destinos  cancelados, sino que la apertura de nuevas rutas entre la capital del Alacantí y varios destinos en Europa y Baleares vendrán a incrementar la presencia y validez de esta infraestructura aeroportuaria como pieza clave en la vertebración del litoral mediterráneo levantino.

Lejos quedan las visiones apocalípticas de un aeropuerto condenado al ostracismo, por no querer ceder la normativa de seguridad al capricho de aquellos que creen estar en posesión de una suerte de “espada de Damocles” aeronáutica. Sólo una pérdida del  2,8% de pasaje con respecto a 2010 certifica que el drama de la marcha de Ryanair se ha quedado en nada, y que la versatilidad y el ingenio, sobretodo en los tiempos que corren, son la mejor arma y ejemplo a seguir para otras instalaciones de similar calado que parecen incapaces en nuestro país de encontrar su lugar bajo el sol.

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CAE

Por imponer peajes a los que buscan trabajo

De escandaloso podría calificarse el intento de CAE –al parecer, a espaldas de su cliente, Volotea- de pretender cobrar por la simple realización de una entrevista de trabajo, si no fuera porqué este suceso lamentablemente no es más que otra “punta de iceberg” en una sociedad donde los conceptos éticos y los escrúpulos se hallan cada vez más diluidos en la marea del neoliberalismo salvaje en la que andamos inmersos.

Sin garantías; sin condiciones. Sólo con la certeza de destinar a fondo perdido una cantidad de dinero, sea la que sea –para el que busca ocupación cualquier suma puede parecer respetable- para recibir al final casi con total seguridad el “no interesa”, o el “ya le llamaremos”, del que nada en la abundancia de candidaturas y tiene donde escoger.

La acuciante necesidad de trabajo que azota a la profesión en nuestro país no debiera ser en modo alguno objeto de mercadeo porque la aspiración de cualquier ser humano a un trabajo digno no es una opción; es un derecho recogido en nuestra Constitución. Otro planteamiento resulta simplemente abominable. No se puede jugar al gato y el ratón con la necesidad y la angustia de las personas que buscan legítimamente un futuro mejor.

Ha hecho falta la denuncia ante la opinión pública para que quienes han perpetrado tal atentado a la dignidad de aquellos que buscan trabajo confiesen su error, y den marcha atrás. La pregunta es ¿Lo hubieran hecho, de no haber trascendido el tema?