CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?

Lo mejor y lo peor de la aviación civil

En subida

SUKHOI

Por conseguir la certificación del Superjet

Sukhoi ha tardado casi 8 años en ver su proyecto “Superjet 100” certificado por la máxima autoridad europea en seguridad aérea, EASA. Un año después de su certificación por parte de la autoridad rusa, IAC, Sukhoi cuenta con luz verde para iniciar su comercialización en Europa. Una “puesta de largo” a la que presumiblemente seguirá el visto bueno de la FAA.  Por el camino se han quedado sus socios de aventura, Beriev e Iliushin, retirados del proyecto en fases tempranas. Pero como dice el dicho: Nunca es tarde, cuando la dicha es buena.

Para Sukhoi la entrada en el mercado internacional con el Superjet 100 representa la irrupción en un segmento en el que no tiene apenas presencia. El fabricante ruso, conocido por su exitosa gama de acrobáticos y militares, realizó sólo una incursión anterior en el segmento comercial –el S80- y sin demasiado éxito. Para la aviación en general, la llegada del Superjet 100 significa una nueva opción disponible en el segmento del transporte regional entre 60 y 100 plazas.

No obstante, si miramos más allá, la salida a escena de Sukhoi en el panorama de la aviación regional constituye un modo de romper la hegemonía en este campo protagonizada sobretodo por Embraer y Bombardier. A medio-largo plazo este acontecimiento posiblemente marque un punto de inflexión en la consolidación de Europa en este segmento, que en el viejo continente prácticamente sólo está representado –en motorización exclusivamente turboprop- por el ATR en sus distintas versiones. Sin duda, la aviación regional está de enhorabuena.

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AENA AEROPUERTOS

Por cobrar a los ocupantes de avionetas como si fueran pax

Después de la monumental subida de tasas del 400% perpetrada por AENA en 2011, ahora la filial española de AOPA (Aircraft Owners & Pilots Association) enciende todas las alarmas al anunciar que está teniendo constancia que AENA AEROPUERTOS SA practica liquidaciones a operadores de Aviación General en razón de una presunta prestación patrimonial de carácter público establecida en la Ley 1/2011 de 4 de marzo, correspondiente a la “utilización por pasajeros de las zonas terminales de sus aeropuertos”.

Si el pasado año ya se intentó la muerte por asfixia de la Aviación General de nuestro país mediante unas tasas absolutamente prohibitivas, ahora AENA Aeropuertos pretende completar su obra bajo el uso eufemístico de los conceptos verbales “pasajero” y “zonas terminales”. Eso sí, pasando de puntillas por el importante factor que indica que, estrictamente, para ser pasajero primero hay que adquirir un billete a un transportista, y un avión ligero privado con sus ocupantes no puede ser considerado en modo alguno un “airliner” comercial.

AENA Aeropuertos arrastra un importante déficit de casi 15 mil millones de euros, en buena parte debido a una mala gestión endémica y al desprecio sistemático hacia el sector de la Aviación General. Esa circunstancia crea una lógica desazón, pero resulta cuanto menos irónico que pretenda ahora usar los vuelos privados –los únicos que mantienen “vivos” a una buena parte de los aeropuertos de este país- como medio en la búsqueda de recursos para resarcir su maltrecha economía. No resulta justo que se grave más a quien menos obtiene.