Variómetro 23/11

SAS

Que los vientos soplan cruzados para el sector del transporte aéreo en Europa no es una novedad. El temporal zarandea con mayor o menor intensidad a casi todos, incluidos aquellos que podríamos denominar los pilares de la aviación comercial europea.

SAS, que forma parte de esos cimientos que ahora se sacuden peligrosamente y que se halla en situación tanto o peor que otros, ha conseguido desarrollar la pericia necesaria para forjar un principio de acuerdo con sus trabajadores repartidos ni más ni menos que en nueve formaciones sindicales distintas. Todo un éxito que, en un tiempo en el que menudea el diálogo de sordos, merece un aplauso.

Resulta llamativo que mientras SAS, con un déficit superior al de Iberia y que en tiempos recientes está afrontando la crisis, la competencia del low cost, y descalabros financieros como la quiebra de Spanair o la reclamación millonaria de Quantum Air, afecte en su plan de reestructuración “sólo” a 800 puestos de trabajo mientras Iberia, que en palabras de su Consejero Delegado ha experimentado la “beneficiosa “ fusión con British Airways –aunque no arroja beneficios desde entonces- requiere prescindir de 4.500 trabajadores y 25 aviones.

SAS abrirá en 2013 45 nuevas rutas; Iberia se está retirando de América Latina, su mercado más emblemático. Vistos los resultados, Iberia tal vez saldría ganando si su consejero delegado fuera escandinavo.

GAMBERRISMO CON LÁSER

Por desgracia el ser humano funciona demasiado a menudo por la ley del hecho consumado. Todos conocemos algún caso en que para que se decida instalar ese semáforo en un cruce peligroso largamente reivindicado por el vecindario, es menester que se haya producido el atropello y a poder ser con víctimas mortales. Lamentable.

Hace pocas semanas el aeropuerto de El Prat saltaba a la primera plana de la información debido a la detección de indeseables que se dedicaban a enfocar sus punteros láser a las aeronaves en aproximación. La noticia no es nueva, ya que otros aeropuertos en España como el de Málaga también han registrado episodios parecidos. La sanción, ejemplar para tales actos de vandalismo -3.000 euros- a día de hoy está todavía por estrenar. Ni uno sólo de estos émulos insensatos de Lucky Skywalker ha pagado, de su bolsillo o con detención, su peligrosa diversión.. aún.

Esta semana nos enteramos que un piloto de American Airlines ha sufrido lesiones oculares al aterrizar en San Juan de Puerto Rico por la misma causa. Afortunadamente, la lesión se zanjó con una ceguera temporal y, aparentemente, sin secuelas. El avión tomó tierra sin novedad… esta vez. La historia del cruce peligroso que tuvo que generar víctimas para disponer de un semáforo resulta angustiosamente recurrente en este caso. ¿Hará falta llegar al hecho consumado para que se tomen medidas?