CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?

Lo mejor y lo peor de la aviación civil

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QATAR AIRWAYS

Por primar la excelencia

Da la sensación que en la escala de valores imperante en las compañías aéreas, en la que hasta hace tan solo pocos años la atención al pasajero ocupaba lugar destacado, ha variado substancialmente de un tiempo a esta parte abandonando la primera posición para quedar por detrás de otros conceptos más pragmáticos pero en general mucho menos encomiables.

Qatar Airways tiende a romper esa tendencia generalizada en muchos transportistas aéreos que ofrecen la sensación de que el pax es una especia de “mal necesario” para la generación de beneficios, pero poco más.

No es algo de ahora, en su corta historia de apenas veinte años Qatar Airways ha buscado siempre la excelencia del servicio. La última novedad, la posibilidad de sintonizar diversos canales de televisión en directo en sus vuelos, es sólo un paso más hacia esa excelencia tan buscada. No en vano la qatarí es una de la seis aerolíneas del mundo que encabezan con cinco estrellas el ranking mundial de servicio y excelencia elaborado por Skytrax.

 

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SEGURIDAD AEROPORTUARIA

Por haber bajado la guardia

Dice poco del celo que debiera prevalecer en los procedimientos de seguridad aeroportuaria que un niño pueda burlarlos sin la menor dificultad aparente.

Esta semana un menor de 12 años consiguió saltarse todos los controles de seguridad del aeropuerto de Bruselas y viajar solo, sin billete ni documentos de identidad, hasta Málaga en un vuelo regular. Así; como quien no quiere la cosa. Para poner los pelos de punta no solo a sus padres, que debieron volverse locos buscándole, sino a cualquiera que conozca mínimamente los procedimientos y protocolos que están ahí para impedir a cualquiera acceder inopinadamente a un avión. No es la primera vez que pasa. Hace menos de un año otro niño protagonizó un episodio similar.

Más allá de la sonrisa que la “azaña” del mozalbete pudiera propiciar, el episodio debiera llevarnos a una profunda reflexión. Muchos son los eslabones de la cadena que debieron fallar para que ese crío dejara la lluviosa Bruselas para encontrarse con el sol malagueño sin que nadie lo advirtiera ni hiciera nada para impedirlo.