CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?

Lo mejor y lo peor de la aviación civil

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DEMANDA DE PILOTOS

Por esperanzadora

Las insistentes previsiones de demanda de pilotos en un futuro más o menos cercano abren una puerta a la esperanza para miles de profesionales, o futuros profesionales, de la aviación.

No es la primera vez que Boeing lanza augurios tan optimistas. Viniendo la premonición de un sector empresarial dedicado a la venta de aeronaves, y no a la formación de pilotos, deberemos convenir que algo o mucho de cierto hay en tales afirmaciones, a pesar de que hay quien sostiene a capa y espada lo contrario.

A favor, la propia estadística creciente de ventas de aeronaves y la demografía intrínseca del sector, que nos habla de un salto –casi un abismo- generacional entre los pilotos que alcanzarán su edad de jubilación en los próximos años y aquellos que deban substituirlos. El viento de crisis que en los últimos años ha arrasado a las escuelas de formación, y la consecuente escasez de aportación de sangre nueva, están dando como resultado un erial donde a corto-medio plazo encontrar pilotos suficientes será harto difícil.

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SANCIÓN A CONTROLADORES

Por desproporcionada

Treinta segundos escasos de Humanidad no debieran cotizarse al precio que AENA pretende cobrar a aquellos que, tras largos años de comunicaciones técnicas, frías, impersonales, quisieron transmitir su reconocimiento a un compañero invisible, allá en las alturas.

Ese instante de “transgresión” no debiera costar un expediente disciplinario porque, si esa fuera la proporcionalidad, asusta pensar el rigor que debería aplicar el mismo Ente a los “picapedreros” que propiciaron el enorme agujero económico y comercial en que se halla sumido.

Si somos capaces de asistir impávidos, y hasta con una sonrisa en los labios, a los pinitos musicales del Comandante de la ISS Chris Hadfield emulando a David Bowie a 400 kilometros de altura, con su Space Oddity (más de 17 millones de visitas en Youtube, pero ningún expediente), y no somos capaces de reconocer un gesto fugaz de cordialidad y agradecimiento entre personas -tan cercanas y a la vez tan distantes entre sí- a la primera es que, de verdad, nos está pasando algo grave.