El organismo quiere mayor control jurídico para los pasajeros aéreos insubordinados
MONTREAL (EXTRACREW.COM)- La IATA ha dado a conocer que trabaja en la actualidad para que se establezcan mayores capacidades jurídicas a las aerolíneas y autoridades, a fin de que puedan sancionar a aquellos pasajeros que muestren conductas molestas o peligrosas a bordo.
El presidente senior de Seguridad y Operaciones de Vuelo de IATA, Gilberto López Meyer, explicó que tras haberse revisado el Convenio de Montreal, el cual, entre otros elementos, facilitará a controlar este tipo de personas, se busca que por lo menos 25 países lo ratifiquen.
Actualmente no hay sanciones especificas para un pasajero insubordinado que provoque agresiones físicas, alteración del orden al interior de una aeronave o incumplimiento de las instrucciones de la tripulación.
López Meyer expuso que la IATA trabaja con sus aerolíneas miembro para que dichas empresas expongan a los gobiernos respectivos el convenio para que se ratifique. En este sentido, dijo que a nivel mundial se busca que exista una sanción adecuada en la mayoría de los países.
Durante la Asamblea General Anual número 70 de la IATA se ha acordado una resolución unánime para instar a gobiernos e industria a que trabajen juntos en la adopción de un paquete de medidas, a fin de detectar y abordar de forma efectiva la problemática de los pasajeros insubordinados. La resolución se adopta tras la conferencia diplomática de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), en la que los gobiernos acordaron modernizar y fortalecer el Convenio de Tokio de 1963.
Tan sólo en un año, 2013, las aerolíneas notificaron a la IATA cerca de ocho mil incidentes de este tipo. La intoxicación, a menudo como resultado del consumo de alcohol antes de embarcar, es uno de los principales factores relacionados con estos incidentes. Otras causas incluyen irritación con el comportamiento de otro pasajero, frustración ante normas restrictivas, como la prohibición de fumar o el uso de dispositivos electrónicos, o los desencadenantes emocionales previos a volar.