Si se mantiene la tendencia actual de crecimiento, la instalación podría tocar techo en los próximos años
BARCELONA (LAVANGUARDIA.COM)- Según un informe en manos del Ayuntamiento de Barcelona que está siendo elaborado en colaboración con la Cambra de Comerç, dentro de siete años el aeropuerto de Barcelona podría estar saturado.
2023 es la fecha orientativa marcada para alcanzar los 55 millones de pasajeros, si el aeropuerto crece a un ritmo del 4% anual, aunque la situación límite podría llegar antes.
En el 2014 y el 2015 el aumento de pasajeros fue en torno al 6% y en los primeros nueve meses del año ha sido del 11,1%, un ritmo de dos dígitos difícilmente sostenible en el tiempo pero que marca una tendencia al alza evidente impulsada por la explosión turística de la capital catalana.
La solución, según el documento con el que trabaja el Ayuntamiento, pasa por la construcción de la terminal satélite, una infraestructura que está en el plan director del aeropuerto de 1999 y cuyo proyecto constructivo reposa en un cajón del Ministerio de Fomento esperando su momento desde hace cinco años.
La nueva terminal, de un tamaño similar a la T2, se conectaría con la T1 a través de un tren automático subterráneo que circularía por un túnel ya construido. Es el mismo sistema de conexión que se utiliza en la T4 de Barajas.
Fuentes de Aena discrepan y defienden que “la situación de colapso está en un horizonte lejano”. Se amparan en el cumplimiento del plan director, la hoja de ruta que determinó en 1999 la actual configuración aeroportuaria resultante de la ampliación de la tercera pista y la inauguración de la T1.