La noticia llega en plena huelga, y casi dos años después del caótico verano del 16
La Audiencia Nacional ha dado la razón al Sepla en el asunto del bonus de 2016 que la compañía se negó a abonar en 2017 esgrimiendo el caos vivido ese verano en el Aeropuerto de El Prat.
Casi dos años después, la Audiencia Nacional ha dado la razón al Sindicato de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) y ha obligado a la compañía a abonar esa cantidad, asegurando que los trabajadores no fueron informados de los objetivos y que la compañía no demostró que se incumplieran.
El sindicato mantenía en su demanda, presentada ante la Sala de lo Social de ese tribunal, que Vueling había vulnerado el convenio colectivo rubricado con sus pilotos en lo relativo al bonus de productividad en 2016.
Según la representación sindical, la empresa no comunicó en ningún momento a sus trabajadores los parámetros y objetivos que eran necesarios para cobrar esa paga. Tampoco existió un seguimiento trimestral de los mismos, como exige el acuerdo laboral entre ellas.
La dirección de Vueling mantuvo ante el tribunal lo contrario. Que el objetivo a cumplir se comunicó como cada año, pero que no se pudo alcanzar debido a “las dificultades del verano de 2016″ en El Prat con la cancelación de 325 vuelos en cadena en solo una semana, cuya última razón fue la mala planificación de la compañía.
El tribunal considera además que Vueling no ha conseguido acreditar que no se alcanzara ese objetivo. Para tratar de demostrarlo aportó una sola hoja con la cuenta de pérdidas y ganancias en lugar de “las cuentas auditadas.
Hoy, segunda tanda de paros
La noticia de la sentencia llega enmedio de la primera de las dos nuevas jornadas de huelga -hoy y mañana- convocadas por el sindicato Sepla en reclamacion de mejoras salarialesy laborales, en la que Vueling ha informado de la cancelación de un total de 232 vuelos.
En concreto, para este jueves se han cancelado un total de 120 vuelos, mientras que la jornada del viernes se verá afectada con 112 cancelaciones, siendo el Aeropuerto de Barcelona, donde Vueling tiene su principal base, el más afectado tanto en origen como en llegadas.