En el año 1996 el B747 TWA-800 explotó, matando 230 personas. Ocurrió poco después de despegar de JFK en julio de 1996. El destino del avión B747 era París.
La NTSB inició entonces la más larga, complicada y cara investigación de la historia de la aviación. Llevó casi 4 años de investigación y costó 40 millones de dólares, según informa la ABC.
Durante semanas las piezas del B747 fueron rescatadas del agua frente a la costa de Long Island y fueron juntadas como un puzzle.
La NTSB prometió a los familiares que los escombros nunca serían mostrados públicamente.
Durante casi 20 años las piezas recuperadas y recompuestas sirvieron para el entrenamiento en las instalaciones de la NTSB. Miles de investigadores de accidentes aéreos de todo el mundo han recibido instrucción en este centro.
Los restos del B747 de la TWA deberán ser destruidos
La nave que alberga los restos del avión de la TWA dejará de estar bajo el control de la NTSB próximamente. La institución ha decidido destruir los restos. “El uso del 3D y la imaginería con drones hacen que en las técnicas modernas de investigación no sea tan relevante la reconstrucción a gran escala”, dijo la NTSB en una nota.
En un acuerdo firmado por la NTSB con los familiares de las víctimas, la NTSB prometió que los restos nunca serían exhibidos. Los estudiantes o visitantes del centro de entrenamiento tenían estrictamente prohibido tomar fotografías de los restos del avión.
Aunque los restos no están abiertos al público en general, los familiares han tenido acceso cuando lo han deseado. El interior del B747 ha recibido a lo largo de estos años recuerdos en los asientos numerados donde viajaban los familiares fallecidos.
Causas probables del accidente
La causa más probable del accidente del vuelo TWA-800 es una explosión en el tanque central de combustible en una de las alas. El informe final indica el fallo de cableado, que pudo haber inflamado el combustible, causando una explosión 12 minutos después del despegue.
La investigación llevó a recomendar cambios en la manera de diseñar el cableado de los aviones.
La NTSB ha decidido destruir los restos del avión el próximo 7 de julio, once días antes del 25 aniversario del accidente.