IAG anuncia la creación de una compañía para traspasar la producción de Iberia. ¿Cuáles serán las primeras consecuencias?


Tras la lectura de la carta que el presidente ha enviado a todos los trabajadores de Iberia, aquí van las primeras reflexiones.

1-    Hay un cierto distanciamiento por parte de IAG al no querer asumir la creación de esta compañía, y ceder la propiedad a Iberia. Los ingleses confían en el equipo directivo español, aunque no acaban de comprenderlo. Por otra parte IAG no quiere que la marca quede dañada por la conflictividad que supondrá el desmembramiento de Iberia, y no desea que sus trabajadores de BA vean este movimiento como una amenaza para el futuro próximo.

2-    La carta del presidente, enviada justo después del consejo de IAG a todos los trabajadores, da una idea de la magnitud de la decisión adoptada y la enorme transcendencia que tendrá en los próximos años.

3-    Hay un cierto nerviosismo en IAG por lo que pueda pasar, lo demuestra la inmediata comunicación de presidencia y la redacción de la carta, pretendiendo trasladar un mensaje de contundencia (IAG da “su total respaldo al proyecto”). Inseguridad y temor tras la decisión tomada.

4-    El momento en el que se produce el anuncio no es casual, quiere aprovechar el hecho de encontrarnos ante el inicio de la campaña electoral. Una reacción de autoridad del ministro Blanco contra los pilotos podría ser bien vista por una parte del electorado.

5-    Sin embargo Iberia no ha tomado una decisión “contra los pilotos”, sino que reconoce un problema de viabilidad que afecta a todos los trabajadores de la compañía, aunque la medida ahondará todavía más en este problema. En la carta Iberia asegura que no es capaz de abrir una línea a Budapest, Helsinki o Sofía y hacerla rentable, aunque otras compañías sí lo consiguen (Finnair). Es un problema de estructura o de incapacidad.

6-    El presidente reclama a Mantenimiento y Handling una reducción de sueldos y aumento de productividad al estilo de las low cost. Esto supondrá una reducción salarial entre el 25 y el 40% para el personal de estos departamentos.

7-    Las tripulaciones de vuelo serán recolocadas en largo radio. Todos los TCP eventuales serán despedidos y se aplicarán más EREs forzosos contra los veteranos.

8-    Los copilotos de Iberia verán truncada su progresión y nunca ejercerán de comandantes. Su proyección profesional se quedará en segundo de A340, mientras otros pilotos ejercerán de comandante en la low cost, con muy poca antigüedad.

9-    Los pilotos y demás trabajadores de Vueling y Air Nostrum sufrirán las consecuencias de la nueva low cost de Iberia y sus plantillas sufrirán recortes laborales y despidos, aunque podrán optar a trabajar en la nueva low cost.

10- La carta no hace referencia al Anexo 10 del Convenio Colectivo de los pilotos, a pesar de las enormes limitaciones que impone a Iberia en Barajas. ¿Por qué se evita hacer cualquier mención a este elemento fundamental?

Es muy posible que la nueva compañía no lleve el nombre de Iberia-Express porque Iberia está muy limitada por el Anexo 10. Por ese motivo tendrá que esforzarse en presentar un proyecto que parezca lo más “ajeno” a Iberia e intentar evitar así que un juez paralice la low cost.

En los próximos dos años ningún trabajador de Iberia será despedido por la creación de esta nueva compañía, aunque muchos eventuales no verán renovado su contrato. Pero la retirada de 35-40 aviones de Iberia llevará a la aerolínea a una situación insostenible: en año y medio 50 aviones para 20.000 trabajadores (una tasa de ¡400 empleados por avión!).

Siendo así, los empleados de Iberia probablemente seguirán con su trabajo dentro de dos años, pero no dentro de diez. Una empresa inviable, con enormes pérdidas, está obligada a despedir a parte de su plantilla o bien cerrar.