Desde tiempos inmemoriales es sabido y lógico que una persona vale, entre otras cosas, lo que cuesta su formación y su preparación.
No es lógico en este país que los pilotos que se gastan en su formación 100.000 euros (16 millones de las antiguas pesetas) se vean abocados al paro directo ante el primer síntoma de reducción de actividad. Si se piensa en el corto plazo, podría ser comprensible, ya que el explotador tendría que costear esos cursos de refresco, CRM, Mercancías Peligrosas, Salvamento y demás. Pero las compañías con mucha madurez y perspectivas de futuro como KLM nos muestran otro camino.
Los tiempos en este sector son muy malos, como lo ha confirmado el presidente de la IATA, el sr. Bisignani. Se esperan unas pérdidas de 9 billones de dólares en el sector aéreo.
Airlines losses will double to $9bn, says Iata
La industria aeronáutica está inmersa en una reestructuración global donde tiene que sobrevivir con los vaivenes del precio del petróleo (ya estamos otra vez en los 70 dólares por barril) y con ese pasaje que sigue dudando a la hora de realizar ese vuelo a ese destino elegido hace unos meses porque no sabe si al volver de esas vacaciones su puesto de trabajo seguirá existiendo y, por efecto contagio, tenemos a otra parte del pasaje que va recortando estancias esperando mejores tiempos.
¿Consecuencias?
Una reestructuración brutal de las compañías aéreas que siguen recortando plantillas de trabajadores y actividad aérea para ahorrar costes.
Por una parte, ya no se renueva a ningún eventual (como en todas las empresas de cualquier sector) y, por otra parte, ante la incipiente campaña de verano, tenemos trabajadores fijos que sobran para una determinada actividad pero que faltan donde trabajaba ese personal eventual durante los picos de producción.
La compañía aérea KLM ha demostrado mucha sensatez en una clara mirada hacia el medio y largo plazo.
KLM pilots brought down to earth by bag-handling duties
Ha decidido ofrecer una recolocación de parte de sus pilotos, con esa formación tan costosa, en otros departamentos de la compañía porque sabe, que si se deshace de ellos, llegará un momento en el que tendrá que pagar mucho más por volver a contratarlos y formarlos con los diferentes cursos de simulador y de avión.
Por otra parte, en otro artículo interesante de Financial Times, nos analiza Richard Milne en su artículo “Downturn fuels creativity thinking”, que algunas empresas están desarrollando mucha creatividad para no perder talento y trabajadores altamente cualificados.
Downturn fuels creative thinking
Nos comenta otra vez el caso del ofrecimiento de la compañía KLM a sus pilotos como un ejemplo de creatividad y como un ejemplo de clara proyección de futuro para poder contar con ese personal cualificado cuando se recupere la actividad aérea. Nos cita también el error cometido en pasadas crisis económicas por tantas empresas inmersas en reducciones de costes y personal ajenas a qué personas y a qué trabajador formado estaba dejando fuera.
En este caso, tener pilotos trabajando en otras áreas, posibilita la obtención de otros puntos de vista del negocio aéreo, que a buen seguro, sabrá utilizar cuando vuelva a su puesto de trabajo original.
Los tiempos de crisis suelen ser pródigos en creatividad para poder sobrevivir y no deshacerse de pilotos altamente cualificados es una medida que empieza a encontrar sentido en alguna compañía aérea con vistas de futuro.
¿Es un comienzo para empezar a valorar el coste de esa formación aeronáutica?
Probablemente.