El día 16 de Junio se disputó el VIII Festival Aéreo de Motril. Este año ha sido el de la confirmación de este Festival que comenzó de una forma muy modesta y ahora se ha hecho un hueco entre los grandes Festivales de Europa.
Los Festivales no son ajenos a los grandes recortes que vivimos, pero una buena visión política permite tomarlos como una buena inversión económica. La Organización Aeronáutica Orion, organizadora del Festival, consiguió una gran parrilla y un Festival que atrajo a más de 50.000 personas. No solo el público reanima la economía local, gran parte del modesto presupuesto se reinvierte en la economía Motrileña, generando una riqueza añadida promocionando enta preciosa ciudad granadina y su playa.
Otros que apostaron por este Festival fue el Ejército Español y el Frances que desplazaron el primero a su Patrulla Aspa y el segundo a la Cartouche Doré con sus TB 30 Epsilon.
La mañana comenzó fuerte con una demostración de parapentes acrobáticos por cuenta de los Malaguitas Team. Un incidente en las jornadas de prueba impidieron ver una de las J-3 Cub y la otra no se pudo poner en vuelo a tiempo.
El carrusel de ULM mostró sus diferentes maquinas de vuelo y acercó la aviación demostrando que la Aviación puede ser asequible y segura.
Siguió el helicóptero Robinson R-44 de Tropicopters que está basado en el helipuerto de Motril ofreciendo vuelos charter y vuelos turísticos. Es importante señalar la importante historia que tiene Motril en cuanto a alas rotatorias y por eso estas tienen que tener un lugar preferencial en este Festival.
El piloto malagueño Salva Ballesta deleitó al público con su preciosa Bucker Jungmann y una perfecta tabla acrobática muy armoniosa y que permitía al público deleitarse con su vuelo armonioso de otra época.
Los autogiros ELA entraron en la caja flanqueados por la Bucker y se apoderaron del público demostrando su increíble envolvente de vuelo.
El piloto acrobático y miembro de la Fundación Infante de Orleans Carlos Bravo nos enseño la antitesis de la Bucker. Si en la segunda Guerra Mundial los pilotos del Eje aprendían a volar con la Bucker, los de la Comonwealth lo hacían con la De Havilland Chipnuck. Interesante ´´duelo´´ de entrenadores de los años 30. Bravo también hizo una tabla acrobática seguida de varias pasadas que permitieron al público admirar de cerca este avión.
Jorge Macias nos metió de lleno en el siglo XXI con su Staudacher S-300E en la acrobacia Ilimitada. En la primera parte de la exhibición se lució el avión y en la segunda parte, la parte ´´interactiva´´ los niños del público decidieron que maniobras querían ver. Macias no solo dedicaba las maniobras a los niños que se las habían pedido, si no que se las explicaba en tiempo real a través de la megafonía.
Esta demostración única en el mundo por su conexión publico-exhibición, se realizo por primera vez en el Mundo en este mismo Festival que con su frescura apuesta por la innovación.
Francisco Javier Fernández, recién bajado de su demostración previa (voló con el Zenair en el carrusel ULM) apareció en la zona de demostración con su Yak-52 y un impresionante sistema de humo capaz de oscurecer el cielo. Tremenda maestría y polivalencia la que demostró Francisco Javier.
El Helimer con su AW-139 basado en Almería hizo sentirse a todos más seguros haciendo una demostración de salvamento en el Mar.
Estos Festivales permiten a todos los españoles conocer y acercarse al tremendo trabajo que hacen nuestras Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad y Equipos de Salvamento que hacen rutinariamente por todos nosotros.
A las pocas voces, que se les oye quejarse del ´´despilfarro´´ que podría suponer estas demostraciones hay que explicar que estas fuerzas y equipos utilizan estos Festivales como entrenamiento que de todas formas tendrían que hacer. Solamente se realiza con y delante de un público, que a su vez agradece el trabajo que realizan poniendo en peligro sus vidas por las de los demás. Por favor, no caigamos en la demagogia barata….
El Ejercito Francés realizo una coreografía elegante, precisa y armoniosa con los Cartouche Doré y sus TB-30 Epsilon. Todo el público pudo ver que los aviones también bailan! Una preciosa música aderezada de las voces de los pilotos que el público podía oír a través de la megafonía. La perfecta elección de la música iba subiendo de ritmo a la vez que la Patrulla iba subiendo de intensidad.
El público se vino arriba con la entrada de la Patrulla Aspa. No hay que olvidar que está basada en la escuela de helicópteros de Armilla a escasos kilómetros de Motril. Sus demostraciones son únicas, y no solo son de las pocas Patrullas con helicópteros, son sin duda los mejores y pudieron hacer un alto en sus demostraciones por todo el mundo para el público de casa´´.
Finalmente recalcar que el VIII Festival Aéreo de Motril se ha llevado el premio del Ejército del Aire al mejor Festival Aéreo, muestra del esfuerzo y dedicación que la Asociación Aeronáutica Orion (encabezado por su presidente José Miguel Pérez) está demostrando.
RESUMEN DEL FESTIVAL