Rolls Royce se encarga de fabricar el corazón del mayor avión comercial del mundo.
Fotografías: Airbus – Enviadas por Joao Moura
Fruto del buen entendimiento entre el fabricante francés de aeronaves Airbus y el británico de motores Rolls-Royce durante el desarrollo del Trent 500, el motor del nuevo A340-600, ha sido la decisión de incluir al Trent 900 para motorizar el mayor avión comercial jamás construido en la historia aeronáutica: el A380.
En su configuración actual, este avión podrá transportar hasta 550 pasajeros a 7.650 millas náuticas sin necesidad de repostar y supondrá todo un reto tecnológico tanto para el fabricante de la aeronave como para el del motor debido a la nueva legislación medio ambiental y a los criterios cada vez más severos que imponen las aerolíneas.
La familia de motores Trent fue desarrollada por Rolls-Royce para propulsar la nueva generación de aviones civiles de la década de los 80 y los 90 como el A330, el B-767, B-777 y B-747-400. En la breve historia de esta familia, se han acumulado numerosos éxitos como indican los más de 1.250 motores que por parte de 25 clientes se han adquirido desde sus inicios, lo que ha supuesto que en el 80% de las ocasiones en las que estos motores han entrado en competición con otros, hayan conseguido el contrato final.
Recientemente la colaboración en exclusiva con Airbus para propulsar las nuevas versiones del A340 (A340-500 y A340-600) ha introducido a esta familia de motores triejes en pleno siglo XXI cuando este avión comience a volar a mediados del 2002. La confianza de los nuevos compradores del A380 en el Trent 900 ha sido tal que la mayoría lo ha elegido como la planta motopropulsora del nuevo avión. Fue tal el éxito, que durante las primeras adquisiciones el Trent 900 se llevó el 100% de las compras y no fue hasta que empezaron la comprar Air France, y otras compañias que tradicionalmente han adquirido motores General Electric, cuando la competencia entre el motor europeo y el americano se equilibró un poco más.
Aunque compite con la alianza entre los dos grandes fabricantes americanos de motores, General Electric y Pratt & Whitney, con su modelo GP7000, la configuración del nuevo motor de Rolls-Royce difiere extraordinariamente de la propuesta por sus rivales. Frente a la configuración de motor bieje con booster que proponen los fabricantes norteamericanos, el constructor europeo comenzó, con el desarrollo del RB211, a diseñar motores triejes al añadir una etapa de compresión adicional. Este compresor intermedio permite descomponer la compresión del motor en dos partes lo que consigue que cada uno de ellas funcione más próxima a sus condiciones ideales.
El resultado es un motor, en contra de lo que pueda parecer, mucho mas corto (la longitud final de Trent 900 se estima en 4,37 m.) que uno bieje lo que se traduce a su vez en su peso significativamente menor. Este ahorro de peso, multiplicado por dos o cuatro motores por avión, como es el caso del A380, es considerable y muy apreciado por Boeing o Airbus ya que pueden transportar más pasajeros o más combustible por el mismo precio. Por ello no es de extrañar que por el momento la mayoría de los compradores se haya inclinado por el Trent 900 para propulsar sus A380.
El alto coste que supone desarrollar los nuevos motores de aviación está obligando a los grandes fabricantes a buscar empresas más modestas que se sumen a los proyectos como socios de riesgo, y Rolls-Royce no es una excepción. Al igual que sucedió con el Trent 500 la participación de la empresa española ITP, por ejemplo, será del 13% y se centrará en el diseño de la turbina de baja y del sistema de tuberías del motor. La italiana Fiat Avio tomará la responsabilidad de diseñar las cajas de engranajes del motor basándose en la amplia experiencia que esta compañía ha desarrollado en el mismo sector dentro de la industria automovilística.