Segun un prestigioso antropólogo forense, Earhart falleció como náufraga.

El hallazgo de unos restos humanos en una isla del Pacífico sur podrían ser la clave para desvelar uno de los mayores misterios de la aviación

Nuevos análisis realizados sobre unos huesos hallados en 1940 en la isla de Nikumaroro, a medio camino entre Hawai i las Islas Salomon, indican con un alto grado de fiabilidad que pudieran pertenecer a  la aviadora Amelia Earhart.

Richard Jantz, profesor emérito de antropología y director emérito del Centro de Antropología Forense de la Universidad de Tennessee, reexaminó siete mediciones óseas realizadas en 1940 por el médico D. W. Hoodless. Hoodless había llegado a la conclusión de que los huesos pertenecían a un hombre.

Jantz, usando varias técnicas cuantitativas modernas, incluyendo Fordisc —un programa informático para estimar el sexo, la ascendencia y la estatura de las mediciones esqueléticas— descubrió que Hoodless había determinado incorrectamente el sexo de los restos.

Un grupo de investigadores, incluido Jantz, apuntan a que la aviadora no falleció en el hipotético accidente aéreo, sino que murió como náufrago en la isla de Nikumaroro donde se encontraron los huesos en 1940.

El nuevo estudio se ha publicado en la revista Forensic Anthropology. En base a toda esta información, Jantz ha concluido que “hasta que se presente evidencia definitiva de que los restos no son los de Amelia Earhart, el argumento más convincente es que son de ella“.

Amelia Earhart desapareció en 1937 mientras trataba de dar la vuelta al mundo, convirtiendo su desaparición en uno de los mayores misterios de la aviación.