La fuga de pilotos hacia otras aerolíneas no parece motivo suficiente para justificar las cancelaciones
BARCELONA (EXTRACREW.COM)- Ryanair publicó este martes la lista definitiva de los vuelos que se ha visto obligada a cancelar, oficialmente por la “mala planificación de las vacaciones de los pilotos”.
En total, desde el pasado viernes hasta el 28 de octubre, la compañía irlandesa cancelará 2.259 vuelos. Una cuarta parte de ellos, tienen origen o destino en alguno de los aeropuertos españoles, sobre todo en el de El Prat, en Barcelona y el de Barajas, en Madrid. No parece posible que un descalabro de esta magnitud obedezca a una única circunstancia.
Nada es sencillo en la compañía que dirige Michael O’Leary, y de todos es conocida la facilidad del histriónico personaje para “hacer amigos” tanto entre los profesionales como entre el público en general, por lo que la actual crisis generada en el seno de la compañía probablemente requiere un análisis profundo y sin apasionamientos que permita identificar de modo veraz e imparcial los distintos factores que concurren en el momento actual.
El “recruitment” continuo
Ryanair, actualmente inmersa por enésima vez en un proceso de selección de pilotos, cuenta con 4.200 tripulantes técnicos para una flota de algo más de 380 aeronaves. Parece improbable que el “trasvase” de entre 150 y 170 pilotos a la escandinava Norwegian -o a Jet2, operador del que apenas se habla pero que también ha “pescado” en las filas de la irlandesa- haya sido determinante en el descalabro, dado que esa cifra no alcanza siquiera el 5% del total de efectivos.
El problema principal de Ryanair, y que concurriría de modo decisivo en la creación de la situación actual, es la alta rotación que experimentan sus plantillas, especialmente las que corresponden a personal de vuelo. Una rotación que nace de unas condiciones laborales espartanas ( ver La Justicia europea tumba la política laboral de Ryanair) que no invitan a la consolidación laboral.
En muchos casos el acceso a Ryanair se considera un mal menor para pilotos y TCP noveles que aspiran a obtener una HT y acumular horas en el tipo, antes de dar el salto a horizontes mejores. No obstante, el flujo de pilotos que abandonan la aerolínea después de un cierto tiempo es un fenómeno que lleva produciéndose desde hace tiempo y por otra parte el grueso de la “temporada alta” se ha cubierto sin novedad este año ¿Porqué el colapso no se ha producido hasta ahora?
Según BBC, porque la gente se va “más rápido de lo que Ryanair puede reemplazarlos”. Y los programas de entrenamiento para los pilotos de nueva incorporación llevan “semanas, incluso meses” de retraso, de modo que “los cadetes no están recibiendo entrenamiento al ritmo necesario”.
Una flota que no para de crecer
En junio del pasado año Ryanair anunciaba la compra de 10 Boeing 737MAX 200 adicionales a un pedido consolidado de 100 unidades del mismo modelo y la opción de compra de otros 100, con el objetivo de aumentar su tráfico hasta 200 millones de pasajeros anuales en 2024.
Cinco de esos aviones se entregarán en la primera mitad de 2019, mientras que la segunda entrega se realizará durante el primer semestre de 2020.
Paralelamente, en octubre de 2016, Ryanair anunció que a lo largo de 2017 llevaría a cabo un proceso de selección de personal -en el cual se halla actualmente inmersa- con el objeto de dotar de tripulantes a los aviones destinados a incorporarse en los siguientes doce meses. En concreto, la compañía de bajo coste irlandesa tenía previsto para 2017 contratar a 2.000 tripulantes de cabina (TCP), 1.000 pilotos y 250 ingenieros. Asimismo, promocionar a 300 primeros oficiales, como parte de su programa de desarrollo de comandantes en su red europea de 84 bases aeroportuarias.
El exponencial crecimiento de flota del último año en Ryanair junto a la continua sangría de personal, acrecentada por el buen momento que experimentan sus competidores ávidos de “fichar” personal de vuelo, ha sido con toda probabilidad la gota que ha colmado el vaso, y que ha llevado en definitiva a la rotura de un equilibrio precario que llevaba años manteniéndose. “Los pilotos están realmente molestos, y sienten que están siendo utilizados como chivos expiatorios para estas cancelaciones“, declara a la BBC un piloto de Ryanair que prefiere mantener el anonimato. Probablemente la mala planificación tenga su parte de culpa también en la avalancha de retrasos y cancelaciones, pero seguramente no es más que la punta de un iceberg que apenas ha empezado a mostrarse.