A los problemas con sus motores se añade un plan de ajuste que deja en la calle a 4.600 empleados
Rolls-Royce ha anunciado una reestructuración que implicará el despido de 4.600 trabajadores en diversas áreas.
El anuncio llega una semana después de que reconociera públicamente que diversos motores de las series Package B y C tendrán también que ser revisados por problemas de fatiga en los álabes.
El plan de ajuste tendrá un coste de 567 millones de euros, y el objetivo del fabricante es alcanzar un ahorro de 454 millones de euros al año hacia el 2020.
Un tercio del ajuste de empleo anunciado -algo más de 1.500 puestos de trabajo- se llevará a cabo a finales de 2018. El objetivo es completar el programa de reestructuración a mediados de 2020.
La mayor parte de los empleos que se suprimirán pertenecen a las plantas del Reino Unido.