A Egipto le ha costado admitir la realidad.

A Egipto le ha costado admitir la realidad.

Durante 117 días el régimen egipcio ha negado la explosión de una bomba en el A321 ruso

EL CAIRO (ELMUNDO.ES)- El presidente egipcio Abdelfatah al Sisi ha admitido este miércoles que el A321 de la aerolínea rusa Metrojet fue derribado por terroristas.

Desde el siniestro, la mañana del pasado 31 de octubre, El Cairo había mantenido a contracorriente su rechazo al escenario terrorista a pesar de las informaciones de la inteligencia occidental y la confirmación de los servicios secretos rusos que provocaron la suspensión de los vuelos al aeropuerto internacional de Sharm el Sheij, la ciudad costera egipcia de donde despegó el avión ruso, entre gravísimas dudas acerca de las medidas de seguridad de las instalaciones.

A mediados de noviembre la organización yihadista publicó en su revista Dabiq la presunta prueba del atentado: una lata de Schweppes Gold y un detonador. El IS vinculó el atentado al inicio de los bombardeos rusos sobre Siria a finales del septiembre.

A pesar de las reticencias iniciales, Rusia se terminó sumando a la hipótesis terrorista hacia la que apuntaron las agencias de inteligencia británica y estadounidense pocos días después del siniestro.

Desde entonces, el régimen egipcio había defendido contra viento y marea que no existía ningún indicio para confirmar este escenario pese a los repetidos comunicados en los que “Provincia del Sinaí” -la sucursal egipcia del IS- reivindicaba su autoría.

Las últimas revelaciones sobre la investigación citadas por Reuters indican que el artefacto explosivo llegó al avión a través de un mecánico de la aerolínea estatal EgyptAir que tenía un primo enrolado en el IS.
El reconocimiento de Al Sisi -que había tildado de “propaganda” tal escenario- podría obligar a Egipto al pago de compensaciones a los familiares de las víctimas.

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