¿CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?

Lo mejor y lo peor de la aviación civil

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MANUEL HITA

Por traer aire nuevo a la CIAIAC
Manuel Hita

El nombramiento de Manuel Hita como nuevo presidente de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) viene a traer una muy necesaria bocanada de aire fresco a una institución tan necesaria como inútil en los últimos tiempos.
Hita, ingeniero aeronáutico con una larga trayectoria en CASA y como director general en España de Airbus, deja la vicepresidencia de la Comisión para tomar las riendas de su presidencia con un buen fajo de deberes por hacer. Ardua labor la que espera al sucesor de Rosa Arnaldo, si pretende que aspectos tan intrínsecos como que los informes se emitan en un tiempo prudencial y conteniendo las necesarias recomendaciones -que hasta ahora han brillado casi indefectiblemente por su ausencia- se conviertan en tónica general. Sólo de este modo el trabajo de la comisión de accidentes cumplirá el que debiera ser su principal objetivo, que no es otro que evitar que los errores del pasado se repitan en el futuro.
Mucho trabajo por delante en efecto, si queremos que el organismo alcance algún día las cuotas de excelencia de su vecina y colega BEA. Esperemos que Manuel Hita, y su experiencia en otra francesa Airbus, sea capaz de trasmitir algo de “savoir faire” a la gestión de la española. Buena falta hace.

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CATHELICOPTERS

Por el anuncio de concurso de acreedores

CathelicoptersMala noticia la que llegaba la pasada semana con el anuncio de la presentación de concurso de acreedores de Cathelicopters. No están los trabajos aéreos ni el ala rotativa para perder efectivos, ni sus trabajadores para soportar más destrucción de empleo.
Vista la trayectoria seguida por la empresa catalana, perfectamente consolidada desde hace más de una década en su base del puerto de Barcelona, cabe preguntarse qué porcentaje de su situación actual nace en la ambición de hacerse un hueco en un segmento tan arriesgado y con tan poca tradición en nuestro país como el transporte de pasajeros en línea regular de helicóptero, y que porcentaje arranca de la cerrazón y la falta de eficiencia de una Administración que convierte la máxima de que “para no romper jamás un plato, lo mejor es no lavar ninguno” en un auténtico dogma.
Ciertamente, la tardanza en autorizar cosas tan evidentes para llevar a buen puerto un negocio de esas características como el embarque en caliente o la operación visual tras el ocaso habrán pesado y mucho, pero la aventura ceutí era de alto riesgo y venía precedida del fracaso de otros. Todo un aviso. Ahora no queda otra que lamerse las heridas y tratar de levantar el vuelo.