¿CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?

Lo mejor y lo peor de la aviación civil

En subida

JAVIER SÁNCHEZ PRIETO

Por afrontar un reto con el listón muy alto

Semana de cambios en la cúpula directiva de Vueling, propiciados de modo más o menos directo por la marcha del hasta ahora máximo responsable de la compañía Alex Cruz, que parte a tomar el timón de otra de las compañías de IAG. La que en sus colas luce la “Union Jack”.

El penúltimo de ellos, pero seguramente el más importante para el devenir de la low cost afincada en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, es precisamente el del nombramiento del substituto de Cruz, Javier Sánchez- Prieto.

No es un encargo fácil el que asume este ex- director financiero de Iberia Express y actual director financiero de Iberia. Alex Cruz ha dejado -para gusto de unos y disgusto de otros- el listón muy alto, como bien sabe Willie Walsh. La competencia feroz en el aeropuerto catalán con adversarios clásicos como Ryanair, o nuevos como EasyJet o Norwegian hacen prever una batalla larga y dura. ¡Suerte!

vario_des

AENA

Por el fiasco de la convocatoria de exámenes

Para llevar cinco años de sequía en materia de convocatorias, no se puede decir que AENA haya tenido una reentrada triunfal en el proceloso océano de los exámenes de selección de personal. Tal vez el desuso o la falta de práctica en estas lides de la selección de empleados -en los últimos años se han mostrado más duchos en despedirlos-  sean las responsables del desaguisado perpetrado el 27 de febrero en diversas aulas de examen.

A estas alturas parecen palmarias las evidencias denunciadas por algunos candidatos de irregularidades durante el desarrollo de las pruebas. No hace falta decir que cualquiera puede equivocarse, que errar es de humanos, pero cuando los “errores” se producen en lugares tan distantes como Madrid o Sevilla, y de modo tan clamoroso, se despiertan las suspicacias y resulta lícito pensar lo peor.

Aunque los exámenes no eran más que para proveer adecuadamente la Bolsa de Trabajo del operador aeroportuario, se impone por su parte una clara corrección y la oportunidad de repetir las pruebas a los afectados. Una empresa que embolsa más de 800 millones de beneficios en un año no puede permitirse fiascos de este calibre. No debemos olvidar que aunque sea solo en un 51%, AENA sigue siendo de todos los españoles.