¿CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?
Lo mejor y lo peor de la aviación civil
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EASYJET
Por instalarse en El Prat
Easyjet vuelve a tener base en España, tras la espantada protagonizada en 2012 cuando decidió cerrar la que tenía en Madrid. Una salida en la que tuvo un alto grado de responsabilidad la intransigencia de AENA -entonces pública y ahora semiprivada- en el tema de las tasas aeroportuarias.
Traducido en cifras, la apertura de la base de Barcelona-El Prat significa 120 puestos de trabajo iniciales y tres aeronaves, lo cal en términos absolutos no es mucho per a medio plazo -especialmente si se cumplen las expectativas de crecimiento- resulta un excelente augurio cara a los próximos años. Si lo expresamos en tendencia, la instalación de nuevo de una base estable en el territorio indica de modo inequívoco un paso más en la re-consolidación, todavía excesivamente lenta pero continuada, del transporte aéreo en nuestros país.
Barcelona fue, junto con Ámsterdam, el primer aeropuerto europeo al que voló Easyjet fuera del Reino Unido en 1996. Parece lógico pues que haya elegido nuestra principal puerta al Mediterráneo para su regreso. ¡Bienvenidos!
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“ACCIDENTE” EN SOMALIA
Por la incerteza que genera
Esta semana que dejamos atrás ha tenido, sin duda, un protagonista negativo en el “accidente” -o no. De ahí el entrecomillado- de un A321 en Somalia. Un suceso que resulta preocupante en extremo tanto si se confirma la versión que habla de una explosión fortuita a bordo, como si cobra fuerza la de un atentado fallido.
En el primer caso, porque serviría para demostrar que las condiciones de seguridad en el transporte aéreo en regiones deprimidas del planeta sigue siendo una lamentable evidencia que requiere solución inmediata. En el segundo, porque una vez más habría fallado la seguridad aeroportuaria en una zona de permanente conflicto larvado. Algo que en la situación actual no podemos permitirnos.
Habrá que esperar al análisis del aparato, y acaso también la autopsia del pasajero que fue expulsado del aparato por la succión, para saber si debemos achacar responsabilidades a uno u otro supuesto. Mientras, alegrarnos de que el episodio no pasara de susto.
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