¿CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?
Lo mejor y lo peor de la aviación civil
PRESENTACIÓN C919Por incrementar la oferta China presentó la semana pasada el C919. No es que se trate de una novedad estricta en la medida que la Commercial Aircraft Corporation of China Ltd, más conocida por COMAC, llevaba años anunciando su llegada. Más bien resulta la plasmación de un acontecimiento largamente anunciado. China entra en el terreno de la construcción de aeronaves destinadas al transporte de pasajeros con la intención de hacerse un hueco en el segmento de los reactores de pasillo único. Un sector hasta ahora dominado de manera abrumadora por dos gigantes a ambas orillas del Atlántico, representados por Boeing y Airbus. Cierto es que China precisa del concurso de terceros para desarrollar su C919 (la motorización, por ejemplo lleva el sello de la norteamericana General Electric), pero el hecho de disponer de un modelo propio le permite una más que deseable independencia de proveedores europeos o americanos. Por el momento, la mayoría de aparatos -el gobierno chino afirma haber vendido ya más de medio millar de unidades del C919- se han colocado a aerolíneas chinas, pero bajo el prisma del crecimiento del sector en China que todos los indicadores anuncian ¿Que más da, si nadie más se interesa por él?
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SEMANA DE ACCIDENTESPor confirmar que no hay dos sin tres Menuda semana trágica para la aviación. Prácticamente sin tener tiempo de asumir el accidente que costó la vida a tres oficiales españoles del SAR en aguas del Atlántico, nos llegó la noticia del accidente –a la hora de escribir estas líneas, la hipótesis del atentado con bomba cobra fuerza incluso entre quienes la negaban de plano- de un A321 ruso en el Sinaí. Casi sin recuperar el aliento, apenas cinco días más tarde, la noticia de que un Antonov An12 con carga y pasaje se estrellaba en Sudán del Sur. A primera vista, podríamos achacar la concatenación de desgracias a la simple fatalidad, al destino, a la confirmación del dicho “no hay dos sin tres”. La realidad no obstante, nos habla de tres casos muy diversos con un nexo común: La necesidad de una investigación seria y rigurosa que proporcione respuestas. En el caso del Super Puma del SAR, respuesta a la frecuencia con que últimamente se han producido accidentes e incidentes en la unidad canaria de este servicio; en el caso del accidente del Sinaí, y si se confirma la hipótesis de una bomba, en que parte de la cadena y porqué fallo la seguridad en Sharm el-Sheikh. Por último en el caso del An12, como es posible que un avión sin certificado de aeronavegabilidad y con un mantenimiento tan deficiente como parece que era el caso, pueda en pleno siglo XXI transportar personas e incluso bebés impunemente. Preguntas que exigen respuesta, para no dar por bueno sin más el resignado “no hay dos sin tres.” |