CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?

Lo mejor y lo peor de la aviación civil

En subida

ISLAS AIRWAYS

Por resurgir de sus cenizas

Aunque mucho nos tememos que el camino hacia la consolidación de nuevo en el mercado será largo y tal vez difícil, no deja de ser motivo de alegría la noticia de la vuelta al panorama aeronáutico de Islas Airways. No suele ser habitual últimamente que una compañía aérea regrese tras desaparecer, y menos en tan poco tiempo. En un país como el nuestro, donde los efectos de la crisis se traducen entre otros muchos quebrantos en la destrucción palpable del sector del transporte aéreo, la recuperación de una sola de las aerolíneas desaparecidas debe interpretarse como una pequeña victoria.

Habrá que ver, no obstante y a partir de la obtención de los correspondientes permisos, en que condiciones se produce el regreso, como y cuando se abonan los salarios atrasados a los trabajadores, y si la promesa de una gradual vuelta a la contratación finalmente cristaliza en una realidad. Sólo así podremos afirmar que Canarias, y por ende el panorama del transporte aéreo en España, recupera realmente una empresa que se daba por perdida. Aún es pronto para cantar victoria, pero todo apunta a que se está siguiendo la senda correcta.

 

vario_des

ATERRIZAJES SIN AUTORIZACIÓN

Por poner en riesgo la seguridad de todos

El suceso protagonizado por un avión en el aeropuerto de Alicante en 2010, durante la militarización de lo servicios ATC, llama la atención sobre un tipo de incidente que aunque poco habitual va en aumento en todo el mundo, y ha llevado a Eurocontrol a definir los aterrizajes sin autorización como una de las cinco prioridades de seguridad para 2013.

La cotidianidad de nuestros actos tiende a banalizarlos, mediante la adquisición de rutinas perniciosas que, a lo que se ve, la mejor formación en CRM es incapaz de erradicar. Bajar el volumen de la radio en cualquier fase del vuelo puede resultar una temeridad. Hacerlo en aproximación, aunque se trate de un aeropuerto con poca densidad de tráfico, lo es sin duda alguna. Escuchar partidos de fútbol por frecuencia, o usar 121.5 para menesteres distintos a los de las llamadas de emergencia, además de rebajar muchos enteros la seguridad a bordo y para los tráficos que pudieran afectar en la zona, denota además un calado humano notablemente bajo de aquellos que por la responsabilidad que les confieren unos galones debieran ser ejemplo de todo lo contrario.