CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?
Lo mejor y lo peor de la aviación civil
SEPLA-STAVLA
Por su voluntad de acuerdo
La buena noticia de la semana la protagoniza la suspensión de las huelgas previstas en Iberia, en la medida que la tregua viene propiciada por un acuerdo para iniciar negociaciones. Es una lástima no obstante que sea el recurso de la protesta –casi el único en manos del trabajador- el que consiga algo tan natural como debiera ser sentar ambas partes a la mesa de negociaciones. Como decía Sir Winston Churchill, las actitudes son más importantes que las aptitudes. En este caso, la actitud de firmeza de los sindicatos en sus movilizaciones ha proporcionado una primera victoria en la batalla por Iberia Express en un punto, el de la negociación, en el que la empresa ha hecho sistemáticamente oídos sordos. A nadie escapa que el motivo de tal sordera no es otro que los pocos o nulos deseos de la dirección de abordar la causa real del conflicto, el proceso de creación de Iberia Express fuera de la casa matriz, que ahora deberá ser obligatoriamente analizado. Lo que algunos llaman interesadamente “solidaridad” debe más bien encuadrarse en la defensa del interés común de salvaguarda de los propios puestos de trabajo mediante el ejercicio legítimo al derecho de huelga. Los próximos días serán seguramente trascendentales para el futuro de Iberia. El vaciado de flota, la imposibilidad manifiesta de mantener los puestos de trabajo con cuatro decenas de aviones menos, la libre interpretación de la normativa de seguridad, serán poderosos elementos para el análisis sobre la mesa del mediador designado por el Gobierno, a la hora de determinar causas y razones. No debemos olvidar que la historia, y el tiempo, siempre acaban poniendo las cosas en su lugar. |
VOLOTEA
Por cargar la competitividad a costa de los salarios
Volotea nace aquejada de un mal que en los tiempos que corren lleva camino de convertirse en pandemia. Se trata de cargar el capítulo de la competitividad a los salarios de los empleados. En el mundo que nos ha tocado vivir, queremos ser competitivos, pero manteniendo una saneada cuenta de resultados que propicien pingües beneficios al final del año contable. Esa es la cuestión. No es que la aerolínea haya contraído un virus que no aqueje ya a buena parte del mundo empresarial dentro y fuera de la aviación, no. Los vientos de crisis que azotan el mundo, unido a ingentes cantidades de personas con la acuciante necesidad de llevar un sueldo a casa, son caldo de cultivo perfecto para un cuadro clínico que se define por un –en general- alto nivel de preparación en los aspirantes, que no se traduce en unos salarios mínimamente acordes a su labor y su valía. El río va lleno de peces, y así se pesca hasta sin anzuelo. Volotea ya se equivocó, fuese o no CAE la responsable, en el procedimiento de selección de aspirantes previo pago. Ahora se vuelve a equivocar con la retribución que piensa abonar a esos aspirantes, ya convertidos en empleados, mal aconsejada tal vez por el panorama laboral que se vive en España. Se lo ha hecho notar la Federación Italiana de Trabajadores del Transporte, que incluso ha solicitado la intervención de la ENAC, y se lo han hecho notar también en las redes sociales sus tal vez futuros empleados. Las grandes empresas, las que lo son o las que pretenden llegar a serlo, no pueden ni deben cimentarse en la precariedad laboral como base para lograr sus objetivos. |