CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?
Lo mejor y lo peor de la aviación civil
NORWEGIAN
Por su apuesta de futuro
Norwegian ha decidido salir de sus feudos en el Gran Norte, y se ha marchado de compras. A su regreso, bajo el brazo, ni más ni menos que 100 nuevas aeronaves. Un pedido que lleva escrito el rótulo “expansión”, por activa y por pasiva. Pese a su juventud –fue fundada en 1993- Norwegian ha sabido escalar puestos con decisión, pero sin necesidad de campañas agresivas, situándose actualmente como la segunda aerolínea de Escandinavia y quinta europea, en la modalidad de low cost. Empezó su carrera volando Fokker 50 alquilados; en 2008 llegó el primer B737-800, y en la actualidad cuanta con casi 50 aviones en propiedad, todos de fabricación norteamericana. Tal vez por este motivo resulte doblemente sorprendente el anuncio de la adquisición de 100 aviones A320Neo al fabricante europeo Airbus, por lo abultado del pedido y por el cambio de filosofía que representa. Cabrá esperar la reacción de Boeing ante la pérdida de tan substanciosos pedido. También será interesante conocer como incidirá esta operación la distribución de rutas y operadores en el Viejo Continente. En cualquier caso, bienvenida sea la noticia, en la medida que significa que en aviación no todo en Europa se encuentra en descenso.
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IBERIA
Por mantener sus políticas a pesar del laudo
Las recomendaciones de Jaime Montalvo, que a través del laudo dictado hace ya casi un mes daba indicaciones precisas tendentes a hallar la paz socio-laboral que tanto necesita Iberia, parecen haber caído en saco roto. La dirección de Iberia no parece entusiasmada en aplicar el contenido del mandato de obligado cumplimiento, tal vez porqué lleva al traste con su estrategia cara al futuro de la compañía. Iberia camina arrastrando los pies hacia la aplicación de un laudo que, por salomónico, no la beneficia del todo y eso no le gusta. Solo así se entiende las “largas” en la constitución de la Comisión de Resolución de Conflictos o el empecinamiento en no readmitir a los pilotos despedidos injustamente, y además reincidiendo en ello con nuevos despidos post-laudo. Una actitud que en el escenario actual sólo puede calificarse de provocadora, represora y revanchista. No es así como se restañan heridas ni se liman asperezas, ni constituye éste el mejor modo de fomentar un buen clima de convivencia. Claro que, a lo peor, tales logros no entran en los planes de la cúpula dirigente de la compañía. |