¿CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?

Lo mejor y lo peor de la aviación civil

En subida

PILOTO ASESOR DE “SULLY”

Por reclamar lo que es suyo

Sully2

 

La diferencia entre una buena película de temática aeronáutica y una mediocre, o francamente mala -al margen de la calidad del guión o de los actores- pasa siempre por haber dispuesto de un buen asesor.
La figura del “Script Consultant” cobra especial relevancia en filmes cuya temática, como en el caso de la aviación, requiere de un amplio asesoramiento técnico. Gracias a muchos pilotos, ingenieros, controladores, etc.. hemos visto desenvolverse a los mandos con soltura, y también con credibilidad, a actores como Charlton Heston (Alarma: Vuelo 502 secuestrado), Denzel Washington jr (El vuelo), James Steward (El vuelo del Fénix), Leonardo di Caprio (El Aviador), o ahora Tom Hanks con “Sully”.
En muchísimos casos, la credibilidad de sus personajes, la veracidad de las actuaciones del avión, de las locuciones por radio, la diferencia en definitiva entre el concepto de fidelidad a lo real o la patochada más o menos cómica, ha dependido de la presencia o no tras las cámaras de un auténtico profesional de la aviación.
Por eso, desde aquí, aplaudimos la tenacidad del piloto Scott Heger al reclamar a la productora de Clint Eastwood sus honorarios por el asesoramiento realizado en la película “Sully“, que narra el aterrizaje de emergencia de un A320 en el rio Hudson tras un “bird-strike” multiple durante el despegue. A cada cual, lo suyo.

vario_des

MATARÓ

Por cargarse la Festa al Cel

Festa al Cel Mataró

 

Si, “cargarse“. Tal como suena. El festival aéreo más antiguo de España desaparece, oficialmente, por falta de esponsorización. En la práctica, por el rechazo de determinados sectores, poco significativos cuantitativamente pero muy influyentes.
Si la enfermedad que ha acabado con el festival se llamara dinero probablemente se podría haber optado por una edición más modesta, pero el problema es la incomprensión y falta de cultura aeronáutica en determinados sectores de la sociedad y eso no lo arreglan unos euros.
Una falta de cultura que no empieza en Mataró, la ciudad que albergo el festival después de que en 2014 tuviera que “hacer las maletas”, sino en el mismísimo aeropuerto de El Prat y la propia AENA, que tras más de una década de convivencia decidió que la proximidad del aeropuerto y el Festival eran cosas incompatibles. Lo son en infinidad de lugares del mundo donde se celebran shows aéreos, pero aquí no.
Mataró y su consistorio tan solo ha sido el cuadrillero que ha apuntillado un festival tocado de muerte desde hace años. Se ha invocado el Medio Ambiente, aduciendo el vertido de gases contaminantes y el ruido provocado por el festival aéreo, sin tener en cuenta que en las verbenas de verano cualquier castillo de fuegos artificiales contamina -con unos costes económicos nada despreciables- de modo similar. Se ha dicho que la presencia de aeronaves militares era una apología al belicismo… ¿Acaso no resulta belicista, una exhibición de tiro olímpico con carabina o arco de flechas, el lanzamiento de jabalina o de martillo? ¿Vamos también a prohibirlos…? Como siempre, Spain is different.