CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?

Lo mejor y lo peor de la aviación civil

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EMIRATES

Por apostar por España 
 

Emirates sigue apostando fuerte por nuestros destinos y aeropuertos. En febrero próximo ha anunciado cambios substanciales en el servicio entre Dubai y Barcelona, que pasa a ser servido con aviones A380.

El relevo de los B777 por el gigante de doble puente de Airbus incrementa en más de cuarenta plazas diarias la oferta entre Barcelona y la capital de los Emiratos, y además pone en nuestro paisaje aeronáutico la imagen cotidiana del avión más carismático del fabricante europeo. Un detalle anímicamente importante, ahora que parece que todas las vías de la modernidad en aviación pasan de largo de nuestros aeropuertos.

En contraste con otras compañías que deciden empequeñecer como chocante modo de crecer en su negocio, Emirates apuesta por el saludable reto de hacerse un poco más grande cada día. Tal vez a alguien le parezca una hazana baladí para una compañía que nació con el respaldo de los petrodólares, pero mantener un crecimiento del 20% anual a lo largo de 24 años consecutivos no es tanto mérito de la fortaleza financiera –en aviación se pueden ganar o perder enormes sumas de dinero con notable facilidad- como la apuesta firme por la calidad y el servicio, y una actitud valiente y a la vez sensata ante los retos. Digno de encomio.

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FUNDACIÓN “MADRID POR LA EXCELENCIA”

Por su extrema miopía al premiar Iberia

El premio, que lleva por título ni más ni menos que “Madrid Excelente”, en su última edición ha distinguido a Iberia. Una distinción que certifica ni más ni menos que la empresa acreedora cumple con los requisitos de calidad y excelencia en gestión que cabría esperar de empresas que desarrollan su actividad empresarial en la Comunidad de Madrid.

Flaco favor le hace la concesión del premio a Iberia al resto de tejido empresarial de la capital de España. Iberia hoy puede considerarse de todo menos un “modelo de calidad y excelencia en la gestión empresarial, responsabilidad social y confianza de los clientes”, tal y como se justifica oficialmente la distinción. La que fuera compañía de bandera, inmersa en importantes pérdidas desde que su dirección decidió que lo mejor para ella era una fusión con la británica –y por aquel entonces ahogada- British Airways, se encuentra actualmente abocada como resultado de esa decisión a la reducción de flota y plantilla más drástica de su historia.

Si a todo este sainete añadimos que la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid –haciendo gala de una “españolidad” de dudoso calado- han preferido a la socia de Iberia en IAG, British Airways, para difundir los atractivos de la capital española a lo largo y ancho de este mundo, poco queda que añadir. ¿No les parece?