CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?
Lo mejor y lo peor de la aviación civil
AIRBUS A350
Por poner en vuelo el segundo prototipo
Airbus ha puesto esta semana en vuelo con éxito su segunda unidad de pruebas del A350 que, curiosidades de la vida, lleva el serial number tres y no dos como sería de esperar. Los triunfos de Airbus contrastan fuertemente con los continuos tropezones del principal competidor del A350 al otro lado del Atlántico, el B787 Dreamliner, que esta semana nos sorprendía con la pérdida en vuelo ni más ni menos que de una chapa del fuselaje de casi tres metros2 en la India. Sin consecuencias para el avión o sus pasajeros –según Boeing-, otra cosa hubiera podido ser si la pieza hubiese “aterrizado” en una zona poblada, cosa que por cierto todavía se ignora. Tal vez entre unas cosas y otras –los éxitos de Airbus y los “menos éxitos” de Boeing- haya que hurgar para encontrar las razones del sorprendente divorcio entre Japón y el gigante de Chicago. Los nipones, tras largos años de fidelidad, han decidido probar los aires europeos. Por algo será.
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AENA
Por dejar la crisis para trabajadores y usuarios
Cuando la deuda de una empresa, sobretodo si es pública, alcanza cifras tan apabullantes como 12.500 millones de euros, está inmersa en un ERE que afectará a 1.300 familias, y sus ventas se encuentran en caída libre, no resulta ni ética ni moralmente defendible que sus directivos se embolsen cifras millonarias en concepto de salario, y que éstas además vayan “in crescendo”. Tal vez por eso resultó tan incomoda la pregunta acerca de este tema efectuada esta pasada semana por los representantes de algunos partidos de la oposición al Gobierno. Tan embarazosa resultó la interpelación, que el Ejecutivo optó por un “salirse por peteneras” parlamentario que poco contribuye a la necesaria transparencia de gestión del -por el momento- ente público, y sí a alimentar la sospecha de un doble rasero a la hora de valorar la situación de AENA. Con respuestas como la ofrecida por el gobierno para justificar lo injustificable, se certifica que la crisis es patrimonio exclusivo de trabajadores y usuarios –baste recordar el recorte de servicios sanitarios en los aeropuertos- mientras que la opulencia se instala en la retribución de directivos y en las compras realizadas en el exterior. Una vergüenza. |