CÓMO ESTÁ EL ESPACIO AÉREO?
Lo mejor y lo peor de la aviación civil
SINGAPORE AIRLINES
Por despedir todo un mito como se merece
Casi cuarenta años de servicio, bien valen una despedida por todo lo alto. Eso es lo que habrán pensado los responsables de Singapore Airlines, a la hora de dar el relevo al B747 después de cuatro décadas de servicio interrumpido. La “Queen of the Skies”, sobrenombre por el cual es conocido el 747, se va a ir no sin antes deleitar a los últimos pasajeros –empleados, niños, medios de comunicación- con unos Singapur-Hong Kong memorables, con permiso del actual adjudicatario de la ruta, el A330. Los pasajeros de First Class, incluso podrán disfrutar de un exclusivo tour por el centro de formación de la compañía, simulador del B747-400 incluido. El 747 no es un avión cualquiera. Ha marcado un antes y un después en el transporte de grandes volúmenes de pasaje a largas distancias, desde los albores de la década de los 70. Iberia también incorporo por aquella época este auténtico gigante del aire. El primero que surcaba los cielos de la aviación comercial. “Vuele en nuestro castillo” rezaba la publicidad de Iberia por aquel entonces. Iberia, a diferencia de su homólogo asiático, no dio tanto relieve a la jubilación en julio de 2006 del popular Jumbo. El “Castillo” de Iberia forma parte ya de la historia, igual que lo será la “Reina” de Singapore Airlines a partir del 6 de abril. Es el paso inexorable del tiempo, que va dejando por el camino hitos para la historia y para el recuerdo. |
AEROPUERTO DE CASTELLÓN
Por ser el aeropuerto de nunca acabar
El aeropuerto de Castellón constituye el desgraciado paradigma de lo que debe ser un logradísimo despropósito absoluto, digno de ser llevado a la pantalla en formato sainete. Incluso resultaría fácil hallar los actores que encarnarían a aquellos que todos tenemos en mente, a base del excelente plantel de cómicos de la escena que representan los Landa, Pajares, Sazatornil, o incluso Segura. El aeropuerto, que costó algo más de 150 millones de euros a la Generalitat, es decir a los ciudadanos de Valencia y por extensión de España, se inauguró oficialmente en marzo de 2011 y todavía a día de hoy no hay ninguna compañía aérea que opere en el costoso recinto ni se la espera próximamente, y lo que es peor tampoco la certificación de AESA. Al tremendo despilfarro que supone el mantenimiento de un servicio de cetreros –por lo menos alguien vuela ahí-para proteger de las aves a unos existentes aviones; al salario monumental de su director; al costo del “ninot” de la entrada de cuya factura maestro fallero alguno se sentiría orgulloso, ahora cabe añadir que las medidas se tomaron mal. Ahora resulta que la plataforma del punto de espera necesaria para realizar el back-track es insuficiente, y no permite el giro de las aeronaves. Y lo peor es que este pequeño “detalle” se sabía desde 2006, pero se decidió –a ver si cuela- no decir nada e inaugurar, que en víspera de elecciones eso siempre queda bien. Solo el señor de las gafas de sol perpetuas sabe lo que va a costar ahora el “remiendo” del desaguisado. Si Berlanga levantara la cabeza, estaría encantado con el guión y con los personajes. |