Variómetro 27/10

MITSUBISHI

Muchos fabricantes de automóviles se han dejado tentar a lo largo de la historia por la fabricación de aeronaves. No resulta de extrañar, y hasta podríamos considerar que se trata de una progresión tecnológica natural. Hispano Suiza, Fiat, Saab, por solo mencionar algunos, son fabricantes de épocas y países diversos que en algún momento de la historia han entrado en el sector de la aviación, militar o civil.

Mitsubishi no es la excepción. Sus aviones de combate se hicieron famosos durante la II Guerra Mundial. Los famosos “zero” surgidos de su factoría van indefectiblemente ligados al infausto recuerdo del bombardeo de Pearl Harbour. Ahora, tras medio siglo de sequía, Mitsubishi vuelve a colocar a Japón en el mapa de los fabricantes de aeronaves. En esta ocasión no se trata de un avión creado para la guerra, sino de un avión pensado para la paz. Un Regional Jet que a buen seguro animará un mercado dominado sobretodo por la brasileña Embraer. ¡Bienvenido sea!

AEROPUERTO DE MOSCÚ

Mal asunto el accidente del Falcon 50 privado de la petrolera total en el aeropuerto de de Vnukovo, en Moscú. Mal asunto porque pone en entredicho la seguridad de los aeropuertos rusos, demasiado asiduos en los últimos tiempos en los medios informativos a causa de los accidentes en los que se han visto envueltos. Mal asunto, porqué las dimisiones de altos cargos dejan entrever que en este accidente hay algo más que un simple conductor de quitanieves en medio de la noche y del mal tiempo, que tal vez había intentado ahuyentar el frío mediante la popular costumbre moscovita de ingerir abundantes cantidades de vodka.

Lo más lamentable del caso es que, probablemente, el asunto hubiera pasado sin pena ni gloria y apenas con una breve nota en los medios –“sólo” ha habido cuatro víctimas mortales, y tres son tripulantes- si no fuera porque entre los fallecidos se encontraba el máximo directivo de una de las multinacionales del petróleo más poderosas del mundo.

La muerte en este accidente de Christophe de Margerie, presidente de Total, arrastrará consigo con toda probabilidad el delicado equilibrio energético entre Europa y Rusia, en un momento en el que las relaciones entre ambos colosos no son precisamente idílicas, y con el temible invierno continental a las puertas. Un invierno que pondrá muchas quitanieves en las pistas rusas.