Variómetro 30/10

AEROPUERTO DE TERUEL

Por estar a tope

El aeropuerto de Teruel confirma que su modelo de negocio es del todo acertado. La aproximación al límite de su capacidad des cada vez más evidente, especialmente tras la llegada de las aeronaves de la extinta Transaero.

La campa, con capacidad actualmente para 80 aeronaves, necesita una ampliación urgente de entre 16.000 y 36.000 metros cuadrados porque tal y como está solo cabe una treintena de aeronaves más. Las obras, imprescindibles, están a punto de ser adjudicadas, y que aleja el modelo turolense del calificativo de aeropuerto fantasma que tantas instalaciones aeroportuarias se han granjeado últimamente en nuestro territorio.

Tal vez con el tiempo el aeropuerto de Teruel sea conocido como el Mohave español, quien sabe, pero mientras crece y demuestra que el proyecto de crear un aeropuerto especializado en larga estancia, mantenimiento y desguace, que algunos calificaron en su día de visionario, no era una mala idea. Teruel existe, como reza el famoso eslogan, y desde su aeropuerto se empeñan en demostrarlo día a día.

ACCIDENTE SAR

Por su lamentable gestión y desenlace

Lamentablemente, tras una semana de búsqueda, se ha confirmado el peor pronóstico posible: Los ocupantes del helicóptero del Servicio de Búsqueda y Rescate (SAR) del Ejército del Aire, fallecieron en el accidente del jueves pasado en aguas del Atlántico.

Lamentable la gestión de la crisis, en la que la primera rueda de prensa del ministro Morenés llegó 30 horas después del accidente, tampoco puede calificarse de modélica.

Las primeras declaraciones del ministro no solo sirvieron para conocer que más de un día después del accidente aún no sabían nada, sino que además, abrió la puerta a todo tipo de especulaciones, que ahora sabemos infundadas, y que solo sirvieron para agravar el dolor de los familiares.

Lamentable resulta también la coincidencia con apenas algo más de un año de diferencia, de dos accidentes en la misma unidad y con el mismo modelo de helicóptero. Un detalle que no se debería pasar por alto y que debiera poner sobre aviso a aquellos que tienen competencia en el tema, a fin de analizar en profundidad lo sucedido y sus causas. Achacar el fatal suceso a la casualidad sería un grave error y una ligereza imperdonable. Se lo debemos a los fallecidos. D.E.P.